domingo, 28 de marzo de 2010

ACUARIO







Es el signo del Aguador Celeste, el mitológico Ganímedes, copero de los Dioses, quien vierte su agua luminosa, símbolo de la Sabiduría, sobre el pez austral.

Acuario se caracteriza por su naturaleza fraternal, amistosa, creativa y original.

Su mayor necesidad es tener estabilidad, seguridad y prosperar en la vida, en este sentido el trabajo es algo muy importante para él, pues es su punto de anclaje.

El acuariano precisa contar con valores que cimienten su vida y no solamente tangibles, sino, sobre todo, de tipo espiritual. Emocionalmente estable, es muy difícil perturbar su fortaleza interior que le permite doblarse como una caña de bambú ante los retos de la vida.

Su gran aspiración o meta es la transformación interior, a través de la cual pueda alcanzar el despertar de la conciencia, tarea en la cual trabajará con ahínco, en un arduo proceso de perfeccionamiento.

Amante de la sabiduría, se aventurará a alcanzar un conocimiento más amplio y elevado de todo.

Lo que más disfruta es relacionarse con los demás pues, siendo capaz de reconocer la luz que existe en quienes le rodean, encuentra que es a través de las relaciones que puede expandir mejor su conciencia, abarcando así una perspectiva más amplia de la vida. De la misma manera se convierte en el iluminador de los demás, el maestro que comparte generosamente su saber con quienes le rodean.

Le interesa involucrarse con el mundo tanto como le sea posible, porque es de esta manera que logra autotrascenderse.

Su filosofía tiende a lo sincrético, intentando reconciliar las diferentes maneras de entender lo superior.

Mentalmente ágil, las ideas de acuario son únicas y audaces, atreviéndose a romper los esquemas establecidos, con sus originales puntos de vista y su accionar impredecible y, en ocasiones, errático. Su manera de pensar es vanguardista, novedosa y auténtica. No en vano, es el signo de los librepensadores, genios e inventores y, habitualmente, será percibido por quienes le rodean como alguien raro o excéntrico.

Sin embargo, Acuario tiene la habilidad de meterse en el bolsillo a los demás y disfruta de la compañía de la gente, simpatizando con aquellas personas con las que descubre que tiene un ideal en común.

Es entonces gregario, se identifica con el grupo, con la sociedad, pero no por ello, deja de ser, a la vez, muy independiente.

La experiencia grupal realmente le permite expandirse y darle un sentido trascendente a su vida, pero siempre querrá mantener su libertad y autonomía.

Hace amigos con mucha facilidad y siempre quiere llegar a más personas, prefiere la amistad al amor y, en todo caso, difícilmente se enamorará de alguien que no destaque.

Acuario precisa darle a lo espiritual un sentido práctico y funcional y viceversa.

Es el signo de la cristalización del espíritu, comprende que el Hombre debe realizar a Dios dentro de sí mismo y que hasta no alcanzar una madurez y responsabilidad sobre su propio proceso evolutivo, este no podrá consumar la fusión con la luz más elevada ni traerla a manifestación en el plano físico.

Sin embargo, no le es fácil asumir responsabilidades, así que tendrá que trabajar muy duro y comprometerse realmente con los cambios profundos que la sociedad demanda, de lo contrario sus ideales pueden quedar en la mera utopía.

Este signo es humanitario y defensor de la libertad.

Altruista, por naturaleza, es capaz de entregarlo todo en favor del bienestar colectivo. Desapegado, valora más lo espiritual que lo material.

Inconformista, rebelde, transgresor y revolucionario, intenta transformar el mundo en el que vive.

Es impaciente y a pesar de que sus que sus ideas son apresuradas e inmaduras, suele obtener grandes resultados, pero siempre tendrá la sensación de que todo puede mejorarse. Es el signo más progresista de todos, yendo siempre más allá que los del resto de su generación, pues su trabajo consiste en sacar a la superficie las más profundas y olvidadas verdades y esgrimirlas a la luz de los nuevos tiempos para promover los cambios que la sociedad demanda.

domingo, 21 de marzo de 2010

PISCIS


Piscis es el último signo del zodíaco, representa por lo tanto el fin de un ciclo y la antesala al comienzo de uno nuevo. Está simbolizado por dos peces que nadan en direcciones contrarias, río arriba y río abajo, atados por una cuerda.

Piscis es un signo impersonal, trascendente, su identidad es insustancial y compleja.
Habiendo transitado todo el ciclo zodiacal, ha tenido tantas experiencias y ha asumido tantos roles que le es verdaderamente difícil definirse a sí mismo.

En piscis el ego se disuelve, preparando al Ser para su integración con el absoluto.
Sin embargo, esta disolución egóica puede, en ocasiones, ser experimentada de manera negativa generando en el pisciano un sentimiento de confusión y alienación.

Su imaginación es fértil y tiene ideas muy productivas, pero tarda en llevarlas a cabo, se toma su tiempo, rumiándolas en su cabeza, hasta que se siente seguro de estas, entonces se fijan en su mente y se vuelve muy difícil hacerle cambiar de parecer, pero tendrá que trabajar duro si quiere llegar a concretarlas. Esto se debe también al hecho de que sus metas son muy elevadas, por eso le cuesta tomar decisiones y entrar en acción, mostrando una actitud pasiva y resignada ante la vida.
Su mundo interior es diverso y complejo, lleno de muchos matices que pueden llegar a desconcertarle a él y a los demás, que no tardarán en juzgarle y ponerle a prueba e incluso, en algunos casos, traicionarle. Piscis se sentirá incomprendido, convirtiéndose en una víctima de los demás, en el chivo expiatorio, sobre el que recaen todas las culpas. Su camino espiritual es el más difícil de todos, es la vía dolorosa, que el pisciano experimenta con verdadera pasión y entrega, en un proceso profunda transformación. El pisciano debe bajar a los infiernos, a la propia raíz del dolor y morir para nacer de nuevo glorificado, trascendiendo todas sus limitaciones para ascender renovado y triunfante.

Piscis no solo sufre por el él, sufre por el mundo entero, redimiéndolo a través de sí. Es el signo del sacrificio por los demás, de la total abnegación, pues negándose a sí mismo, se ofrenda en beneficio de otros. Es entonces el mártir, el que se pierde a sí mismo por el bien ajeno.

Es el signo más compasivo de todos, representa el amor universal, perfecto, puro y sublimado.
A piscis le cuesta ver defectos en los demás, sin embargo en muchas ocasiones se siente el más imperfecto de todos, teniendo una imagen de sí mismo bastante deplorable. Es como una especie de neblina que lo ciega dificultándole ver lo negativo de los demás y lo positivo en sí mismo. Esto lo convierte también en un signo bastante confiado e ingénuo. Siempre espera lo mejor del mundo, es el signo de la fe, que en muchas ocasiones se ve superada por la dura realidad, decepcionándole.

Sin embargo, realizando un gran esfuerzo, puede volver a elevarse, como el águila sobre la montaña, recuperando la fe perdida. Comprometido con sus creencias religiosas, se entrega a ellas con tal fervor, que a veces puede convertirse en obsesión, convirtiéndole en un fanático. Pero también puede ser el místico, el que comulga íntimamente con lo superior y descubre sus misterios.

El pisciano es antes que nada espiritual, percibe la infinitud del mundo y siente que las barreras las ponen las personas. No obstante, lo material también le atrae, pero le da un sentido diferente, para él es simplemente un medio de cristalizar sus infinitos sueños e ideales.

El saber de piscis es práctico, ha aprendido mucho de la universidad de la vida, por eso siempre trasluce una gran experiencia y en este aspecto si que no se conforma. Por ello le llaman el eterno estudiante.

Es un signo sensible pero también sensiblero, más bien hipersensible, su interior está tan abierto a los demás, que todo le afecta fácilmente. Se siente invadido por los sentimientos, sufrimientos y problemas de los demás, que muchas veces siente como propios y le inquietan profundamente, sobrepasándole.

Por ello, en ocasiones, intenta evadir la cruda realidad, ya sea a través de su fértil imaginación o adquiriendo alguna adicción que le permita escapar del dolor. En todo caso, lo que intenta es refugiarse en un paraíso artificial que por lo general termina convirtiéndose en un infierno, generando a su alrededor y por lo tanto en él, envolviéndose a sí mismo en círculo vicioso. Entonces cumple el doble papel de víctima y victimario y surge la culpa.

Además a piscis los problemas pueden llegar realmente a desequilibrarle, haciéndole parecer el más débil de todos y causándole mucha inseguridad y una sensación de que el suelo bajo de sí es notablemente inestable. Tiene una marcada tendencia a la depresión, pero es a través de esas crisis profundas que toma una mayor conciencia de sí mismo.

Por este motivo en especial, se hace fundamental para el pisciano, desarrollar la gran fuerza de voluntad que tiene para mantenerse firme ante la adversidad y poder volver a levantarse rápidamente una vez a caído. Lo irónico es que muchas veces se regodea en su propio sufrimiento y se autocompadece, quedándose en el papel de la eterna víctima, la que no levanta cabeza. Sin embargo, también tiene la otra posibilidad la de hacer uso de la enorme cantidad de energía que tiene acumulada, para equilibrar su mundo interior y recuperarse de manera casi milagrosa.

En todo caso, el pisciano es propenso a altibajos emocionales, puede estar sonriente y feliz y al rato encontrarse sumido en un mar de lágrimas y viceversa, en este sentido es muy impredecible.

Si hay algo que le apasiona a este signo es la música las y el arte en especial la danza, la fotografía, la poesía.

A través de su íntimo e invisible nexo con los demás será capaz de ver la belleza oculta en todas las cosas, incluso en lo que a simple vista no parezca serlo. Reconoce como nadie que la verdadera belleza es invisible a los ojos.

A pesar de su apariencia caótica, desordenada e inestable, piscis es uno de los signos más trabajadores del zodíaco, pero su trabajo suele ir orientado a los demás.
Su misión de vida es servir a los otros, serles de utilidad, protegerles, perfeccionarles, nutrirles, sanarles educarles, darles estructura y fundamento.

Generalmente, destacará en profesiones relacionadas con la medicina y la sanación, la religión y la enseñanza y en trabajos de tipo creativo.

Tiene un fuerte magnetismo y, aunque tiende al aislamiento, muchas veces se evade de sí mismo a través del contacto con grupos y amistades.

La finalidad ulterior del piscis es fundirse con lo Superior, regresar al origen, a la fuente eterna de sabiduría, a la luz más sublime. Sólo a través de la plena identificación con aquello que le trasciende, el piscis realizará, la unión mística del cielo con la tierra, celebrando su verdadera naturaleza infinita a la plena luz de la conciencia.

El yoga, la meditación, la oración, el desarrollo del altruismo, el amor universal y la fe en el universo que contiene y lo contiene serán importantes herramientas en ese proceso.