
Piscis es el último signo del zodíaco, representa por lo tanto el fin de un ciclo y la antesala al comienzo de uno nuevo. Está simbolizado por dos peces que nadan en direcciones contrarias, río arriba y río abajo, atados por una cuerda.
Piscis es un signo impersonal, trascendente, su identidad es insustancial y compleja.
Habiendo transitado todo el ciclo zodiacal, ha tenido tantas experiencias y ha asumido tantos roles que le es verdaderamente difícil definirse a sí mismo.
En piscis el ego se disuelve, preparando al Ser para su integración con el absoluto.
Sin embargo, esta disolución egóica puede, en ocasiones, ser experimentada de manera negativa generando en el pisciano un sentimiento de confusión y alienación.
Su imaginación es fértil y tiene ideas muy productivas, pero tarda en llevarlas a cabo, se toma su tiempo, rumiándolas en su cabeza, hasta que se siente seguro de estas, entonces se fijan en su mente y se vuelve muy difícil hacerle cambiar de parecer, pero tendrá que trabajar duro si quiere llegar a concretarlas. Esto se debe también al hecho de que sus metas son muy elevadas, por eso le cuesta tomar decisiones y entrar en acción, mostrando una actitud pasiva y resignada ante la vida.
Piscis es un signo impersonal, trascendente, su identidad es insustancial y compleja.
Habiendo transitado todo el ciclo zodiacal, ha tenido tantas experiencias y ha asumido tantos roles que le es verdaderamente difícil definirse a sí mismo.
En piscis el ego se disuelve, preparando al Ser para su integración con el absoluto.
Sin embargo, esta disolución egóica puede, en ocasiones, ser experimentada de manera negativa generando en el pisciano un sentimiento de confusión y alienación.
Su imaginación es fértil y tiene ideas muy productivas, pero tarda en llevarlas a cabo, se toma su tiempo, rumiándolas en su cabeza, hasta que se siente seguro de estas, entonces se fijan en su mente y se vuelve muy difícil hacerle cambiar de parecer, pero tendrá que trabajar duro si quiere llegar a concretarlas. Esto se debe también al hecho de que sus metas son muy elevadas, por eso le cuesta tomar decisiones y entrar en acción, mostrando una actitud pasiva y resignada ante la vida.
Su mundo interior es diverso y complejo, lleno de muchos matices que pueden llegar a desconcertarle a él y a los demás, que no tardarán en juzgarle y ponerle a prueba e incluso, en algunos casos, traicionarle. Piscis se sentirá incomprendido, convirtiéndose en una víctima de los demás, en el chivo expiatorio, sobre el que recaen todas las culpas. Su camino espiritual es el más difícil de todos, es la vía dolorosa, que el pisciano experimenta con verdadera pasión y entrega, en un proceso profunda transformación. El pisciano debe bajar a los infiernos, a la propia raíz del dolor y morir para nacer de nuevo glorificado, trascendiendo todas sus limitaciones para ascender renovado y triunfante.
Piscis no solo sufre por el él, sufre por el mundo entero, redimiéndolo a través de sí. Es el signo del sacrificio por los demás, de la total abnegación, pues negándose a sí mismo, se ofrenda en beneficio de otros. Es entonces el mártir, el que se pierde a sí mismo por el bien ajeno.
Es el signo más compasivo de todos, representa el amor universal, perfecto, puro y sublimado.
A piscis le cuesta ver defectos en los demás, sin embargo en muchas ocasiones se siente el más imperfecto de todos, teniendo una imagen de sí mismo bastante deplorable. Es como una especie de neblina que lo ciega dificultándole ver lo negativo de los demás y lo positivo en sí mismo. Esto lo convierte también en un signo bastante confiado e ingénuo. Siempre espera lo mejor del mundo, es el signo de la fe, que en muchas ocasiones se ve superada por la dura realidad, decepcionándole.
Sin embargo, realizando un gran esfuerzo, puede volver a elevarse, como el águila sobre la montaña, recuperando la fe perdida. Comprometido con sus creencias religiosas, se entrega a ellas con tal fervor, que a veces puede convertirse en obsesión, convirtiéndole en un fanático. Pero también puede ser el místico, el que comulga íntimamente con lo superior y descubre sus misterios.
El pisciano es antes que nada espiritual, percibe la infinitud del mundo y siente que las barreras las ponen las personas. No obstante, lo material también le atrae, pero le da un sentido diferente, para él es simplemente un medio de cristalizar sus infinitos sueños e ideales.
El saber de piscis es práctico, ha aprendido mucho de la universidad de la vida, por eso siempre trasluce una gran experiencia y en este aspecto si que no se conforma. Por ello le llaman el eterno estudiante.
Es un signo sensible pero también sensiblero, más bien hipersensible, su interior está tan abierto a los demás, que todo le afecta fácilmente. Se siente invadido por los sentimientos, sufrimientos y problemas de los demás, que muchas veces siente como propios y le inquietan profundamente, sobrepasándole.
Por ello, en ocasiones, intenta evadir la cruda realidad, ya sea a través de su fértil imaginación o adquiriendo alguna adicción que le permita escapar del dolor. En todo caso, lo que intenta es refugiarse en un paraíso artificial que por lo general termina convirtiéndose en un infierno, generando a su alrededor y por lo tanto en él, envolviéndose a sí mismo en círculo vicioso. Entonces cumple el doble papel de víctima y victimario y surge la culpa.
Además a piscis los problemas pueden llegar realmente a desequilibrarle, haciéndole parecer el más débil de todos y causándole mucha inseguridad y una sensación de que el suelo bajo de sí es notablemente inestable. Tiene una marcada tendencia a la depresión, pero es a través de esas crisis profundas que toma una mayor conciencia de sí mismo.
Por este motivo en especial, se hace fundamental para el pisciano, desarrollar la gran fuerza de voluntad que tiene para mantenerse firme ante la adversidad y poder volver a levantarse rápidamente una vez a caído. Lo irónico es que muchas veces se regodea en su propio sufrimiento y se autocompadece, quedándose en el papel de la eterna víctima, la que no levanta cabeza. Sin embargo, también tiene la otra posibilidad la de hacer uso de la enorme cantidad de energía que tiene acumulada, para equilibrar su mundo interior y recuperarse de manera casi milagrosa.
En todo caso, el pisciano es propenso a altibajos emocionales, puede estar sonriente y feliz y al rato encontrarse sumido en un mar de lágrimas y viceversa, en este sentido es muy impredecible.
Si hay algo que le apasiona a este signo es la música las y el arte en especial la danza, la fotografía, la poesía.
A través de su íntimo e invisible nexo con los demás será capaz de ver la belleza oculta en todas las cosas, incluso en lo que a simple vista no parezca serlo. Reconoce como nadie que la verdadera belleza es invisible a los ojos.
A pesar de su apariencia caótica, desordenada e inestable, piscis es uno de los signos más trabajadores del zodíaco, pero su trabajo suele ir orientado a los demás.
Su misión de vida es servir a los otros, serles de utilidad, protegerles, perfeccionarles, nutrirles, sanarles educarles, darles estructura y fundamento.
Generalmente, destacará en profesiones relacionadas con la medicina y la sanación, la religión y la enseñanza y en trabajos de tipo creativo.
Tiene un fuerte magnetismo y, aunque tiende al aislamiento, muchas veces se evade de sí mismo a través del contacto con grupos y amistades.
La finalidad ulterior del piscis es fundirse con lo Superior, regresar al origen, a la fuente eterna de sabiduría, a la luz más sublime. Sólo a través de la plena identificación con aquello que le trasciende, el piscis realizará, la unión mística del cielo con la tierra, celebrando su verdadera naturaleza infinita a la plena luz de la conciencia.
El yoga, la meditación, la oración, el desarrollo del altruismo, el amor universal y la fe en el universo que contiene y lo contiene serán importantes herramientas en ese proceso.
Piscis no solo sufre por el él, sufre por el mundo entero, redimiéndolo a través de sí. Es el signo del sacrificio por los demás, de la total abnegación, pues negándose a sí mismo, se ofrenda en beneficio de otros. Es entonces el mártir, el que se pierde a sí mismo por el bien ajeno.
Es el signo más compasivo de todos, representa el amor universal, perfecto, puro y sublimado.
A piscis le cuesta ver defectos en los demás, sin embargo en muchas ocasiones se siente el más imperfecto de todos, teniendo una imagen de sí mismo bastante deplorable. Es como una especie de neblina que lo ciega dificultándole ver lo negativo de los demás y lo positivo en sí mismo. Esto lo convierte también en un signo bastante confiado e ingénuo. Siempre espera lo mejor del mundo, es el signo de la fe, que en muchas ocasiones se ve superada por la dura realidad, decepcionándole.
Sin embargo, realizando un gran esfuerzo, puede volver a elevarse, como el águila sobre la montaña, recuperando la fe perdida. Comprometido con sus creencias religiosas, se entrega a ellas con tal fervor, que a veces puede convertirse en obsesión, convirtiéndole en un fanático. Pero también puede ser el místico, el que comulga íntimamente con lo superior y descubre sus misterios.
El pisciano es antes que nada espiritual, percibe la infinitud del mundo y siente que las barreras las ponen las personas. No obstante, lo material también le atrae, pero le da un sentido diferente, para él es simplemente un medio de cristalizar sus infinitos sueños e ideales.
El saber de piscis es práctico, ha aprendido mucho de la universidad de la vida, por eso siempre trasluce una gran experiencia y en este aspecto si que no se conforma. Por ello le llaman el eterno estudiante.
Es un signo sensible pero también sensiblero, más bien hipersensible, su interior está tan abierto a los demás, que todo le afecta fácilmente. Se siente invadido por los sentimientos, sufrimientos y problemas de los demás, que muchas veces siente como propios y le inquietan profundamente, sobrepasándole.
Por ello, en ocasiones, intenta evadir la cruda realidad, ya sea a través de su fértil imaginación o adquiriendo alguna adicción que le permita escapar del dolor. En todo caso, lo que intenta es refugiarse en un paraíso artificial que por lo general termina convirtiéndose en un infierno, generando a su alrededor y por lo tanto en él, envolviéndose a sí mismo en círculo vicioso. Entonces cumple el doble papel de víctima y victimario y surge la culpa.
Además a piscis los problemas pueden llegar realmente a desequilibrarle, haciéndole parecer el más débil de todos y causándole mucha inseguridad y una sensación de que el suelo bajo de sí es notablemente inestable. Tiene una marcada tendencia a la depresión, pero es a través de esas crisis profundas que toma una mayor conciencia de sí mismo.
Por este motivo en especial, se hace fundamental para el pisciano, desarrollar la gran fuerza de voluntad que tiene para mantenerse firme ante la adversidad y poder volver a levantarse rápidamente una vez a caído. Lo irónico es que muchas veces se regodea en su propio sufrimiento y se autocompadece, quedándose en el papel de la eterna víctima, la que no levanta cabeza. Sin embargo, también tiene la otra posibilidad la de hacer uso de la enorme cantidad de energía que tiene acumulada, para equilibrar su mundo interior y recuperarse de manera casi milagrosa.
En todo caso, el pisciano es propenso a altibajos emocionales, puede estar sonriente y feliz y al rato encontrarse sumido en un mar de lágrimas y viceversa, en este sentido es muy impredecible.
Si hay algo que le apasiona a este signo es la música las y el arte en especial la danza, la fotografía, la poesía.
A través de su íntimo e invisible nexo con los demás será capaz de ver la belleza oculta en todas las cosas, incluso en lo que a simple vista no parezca serlo. Reconoce como nadie que la verdadera belleza es invisible a los ojos.
A pesar de su apariencia caótica, desordenada e inestable, piscis es uno de los signos más trabajadores del zodíaco, pero su trabajo suele ir orientado a los demás.
Su misión de vida es servir a los otros, serles de utilidad, protegerles, perfeccionarles, nutrirles, sanarles educarles, darles estructura y fundamento.
Generalmente, destacará en profesiones relacionadas con la medicina y la sanación, la religión y la enseñanza y en trabajos de tipo creativo.
Tiene un fuerte magnetismo y, aunque tiende al aislamiento, muchas veces se evade de sí mismo a través del contacto con grupos y amistades.
La finalidad ulterior del piscis es fundirse con lo Superior, regresar al origen, a la fuente eterna de sabiduría, a la luz más sublime. Sólo a través de la plena identificación con aquello que le trasciende, el piscis realizará, la unión mística del cielo con la tierra, celebrando su verdadera naturaleza infinita a la plena luz de la conciencia.
El yoga, la meditación, la oración, el desarrollo del altruismo, el amor universal y la fe en el universo que contiene y lo contiene serán importantes herramientas en ese proceso.
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